¿Qué es “Conexión CP” y por qué creemos tanto en la educación?
Conexión Creando Puentes es una asociación sin ánimo de lucro que nace con un único objetivo: responder a la actual crisis migratoria internacional que obliga cada año a millones de personas a dejar su hogar a causa de diferentes conflictos.
Desde Conexión Creando puentes, brindamos apoyo académico a través de algunas herramientas como por ejemplo: cursos de idiomas (especialmente de español e inglés, ya que son los más demandados) y cursos de matemáticas, talleres de música, manualidades, arte y pintura en colaboración con otras asociaciones.
Nuestra responsabilidad prioritaria es empoderar a las personas socialmente desfavorecidas, así como contribuir desde la educación a forjar una sociedad solidaria, diversa y cohesionada; basada en la acogida, el apoyo y respeto mutuo.
Según ACNUR, alrededor de 3,7 millones de menores refugiados no están escolarizados, más de la mitad de los 7,1 millones de menores refugiados en edad escolar. Sólo el 63% de los niños refugiados reciben educación primaria, el 24% de los adolescentes refugiados acceden a la educación secundaria y tan solo el 3% a la educación superior. El 48% de toda la niñez refugiada no acude a la escuela.
Las regiones con recursos escasos o nulos son aquellas que tienen millones de refugiados y en las que no hay escuelas a las que asistir o las que existen están desbordadas, a falta de maestros y de servicios básicos como por ejemplo: el agua, la sanidad o la higiene.
2,9 millones de niños refugiados en edad escolar viven sólo en 5 países (Turquía, Pakistán, Sudán, Líbano y Uganda).
La educación es la forma en la que nutrimos nuestras mentes y la manera en la que aprendemos a cuidar de nosotros mismos. Gracias a la educación aprendemos a crecer y evolucionar, a afrontar nuestros problemas y tareas, a desenvolvernos en el mundo del trabajo e incluso a planificar nuestras vidas de cara a un futuro.
Los niños, niñas y jóvenes refugiados tienen derecho a una educación de calidad, y es esencial garantizar que puedan tener la oportunidad de alcanzar todo su potencial, poder tener un futuro diferente y no quedarse atrás. Gracias a la educación, los refugiados tienen menos posibilidades de verse inmersos en el trabajo y explotación infantil o en movimientos delictivos. Es menos probable también que las niñas y las chicas más jóvenes sean coaccionadas para contraer matrimonio o embarazos precoces.
Es imprescindible un acceso igualitario a la educación de calidad, incluido el acceso a una educación a distancia de calidad durante y después de la pandemia del COVID-19.
Antes de empezar a vivir esta situación pandémica en todo el mundo, también había problemas consistentes que afectaban a las comunidades de refugiados, migrantes y desplazados. Problemas como por ejemplo: la enseñanza de mala calidad, falta de infraestructuras y de acceso a dispositivos tecnológicos, recursos limitados, desigualdad de acceso a la educación, falta de preparación en los sistemas educativos o la inadecuada formación de docentes.
A día de hoy, estos problemas siguen estando muy presentes y en algunos casos se han agravado en gran medida, como por ejemplo en la desigualdad de acceso a la educación. Antes los estudiantes al menos podían asistir de forma presencial a las aulas donde se impartían las clases, pero debido al COVID-19 estas clases han tenido que ser trasladadas a una modalidad online. El problema de la modalidad online es que muy pocos refugiados tienen acceso a la electricidad y a internet y en numerosos casos carecen también de los dispositivos necesarios. Por esta razón, en Conexión Creando Puentes tratamos de reforzar el uso de la tecnología buscando soluciones viables para brindar la oportunidad de aprender a cuantos más refugiados posibles.
Desde Conexión CP estamos encantados de contar con tu ayuda y colaboración, por eso te invitamos a apoyar tan noble causa aportando tu granito de arena, que puede significar mucho a las personas desfavorecidas. Juntos podemos dar esperanza a quienes no la tienen y ayudarles a construir el futuro que merecen.
Claudia Durán Martínez