Las migraciones climáticas son aquellas que conllevan el traslado de una persona o grupos de personas que se ven obligados a dejar atrás su lugar de residencia usual de forma permanente o temporal, a consecuencia de los cambios progresivos o inesperados en el entorno a causa de los múltiples efectos del cambio climático.
Estas se consideran un fenómeno diferente e irregular, que engloba situaciones muy diversas. Entre ellas, las de familias que ven peligrar sus cultivos ante inundaciones o fuertes sequías y se ven forzadas a enviar a miembros de la familia a trabajar a otros destinos con el fin de incrementar sus ingresos económicos.
El cambio climático, y las migraciones que este provoca, lleva muchos años siendo un duelo y reto para la sociedad. Las migraciones climáticas son un claro y evidente problema en nuestra sociedad hoy en día y por ello no podemos negarlo ni mirar hacia otro lado, aunque a veces nos parezca un problema lejano y ajeno a nosotros y a nuestra población más cercana.
Hay muchas evidencias de que los impactos de la crisis climática están directamente relacionados con la movilidad de personas sobre todo en el Sur global. También existen evidencias de que las personas más azotadas por esta crisis son aquellas que viven en entornos de carácter indígena, campesino y de pobreza.
La primera de las causas consideradas de las migraciones son los desastres naturales inesperados, como por ejemplo: las inundaciones, lluvias torrenciales, tormentas o incendios forestales, los cuales son capaces de arrasar con miles de hectáreas de diferentes cultivos y destrozarlos.
La segunda causa principal es el aumento del nivel del mar, la sequía, el calor intenso y la degradación del suelo.
La tercera causa señalada son las medidas de protección del clima implementadas para adaptarse al cambio climático. Esas medidas comprenden proyectos de infraestructura y cambios en el uso de la tierra como por ejemplo programas de reforestación a gran escala o también grandes proyectos para expandir las fuentes de energía renovables.
Estos desastres naturales repentinos hacen que muchas personas escapen al mismo tiempo, lo que favorece el control de su número; pero los desastres naturales de evolución lenta, como por ejemplo la sequía, el aumento del nivel del mar y la subida de las temperaturas, provocan que las personas migren solas o en grupos reducidos, lo que dificulta la tarea de poder identificarlos como migrantes ambientales.
Claudia Durán Martínez
15 Julio 2021
