El conflicto en Sudán, que ha desplazado a 4 millones de personas, agrava las condiciones de salud.
Más de 4 millones de personas han sido obligadas a abandonar sus hogares debido a la crisis en Sudán. La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) expresa una profunda preocupación por el empeoramiento de la salud en todo el país, incluyendo los campamentos de refugiados, los puntos de entrada fronterizos y los centros de tránsito en naciones vecinas, a donde llegan aquellos que han sido forzados a huir.
La situación en Sudán, donde operan los equipos de ACNUR, es insoportable, ya que las necesidades superan con creces los recursos disponibles. En el estado de Nilo Blanco, la escasez de medicamentos, personal y suministros está teniendo un grave impacto en los servicios de salud y nutrición en los 10 campamentos de refugiados. Más de 144,000 personas recién desplazadas desde Jartum se han sumado a estos campamentos desde el comienzo del conflicto, aumentando las demandas ya existentes de refugiados sursudaneses y comunidades locales que comparten las mismas clínicas. Los servicios de salud mental y apoyo psicosocial prácticamente no existen.
A medida que las familias continúan desplazándose durante semanas con escasos alimentos y medicinas, las tasas de desnutrición están aumentando, al igual que los brotes de enfermedades y las muertes relacionadas. Entre el 15 de mayo y el 17 de julio, se han registrado más de 300 muertes, en su mayoría de niños menores de 5 años, debido al sarampión y la desnutrición. Si la financiación para los programas de salud que salvan vidas sigue retrasándose, es probable que esta cifra siga creciendo.
La falta crónica de personal de salud y los ataques contra el personal, destacados por la Organización Mundial de la Salud, han mermado significativamente la calidad de la atención médica en todo el país. Los diagnósticos de los equipos de ACNUR en Nilo Blanco revelan que hay al menos 70 pacientes por médico al día, muy por encima de las recomendaciones médicas y una señal clara de que los servicios están al límite de su capacidad. La ruptura de las cadenas de suministro ha resultado en la escasez de medicamentos y otros suministros cruciales para cientos de miles de personas necesitadas.
Además, se espera un aumento en los casos de cólera y malaria en los meses venideros debido a las inundaciones causadas por las lluvias constantes y la falta de instalaciones adecuadas de saneamiento.
En los países vecinos, la situación es igual de desgarradora. El estado de salud y nutrición de quienes llegan desde Sudán se ha deteriorado drásticamente desde el inicio del conflicto en abril y sigue empeorando. La falta de financiación está teniendo un grave impacto en la respuesta en Sudán del Sur, donde 57 niños, en su mayoría menores de 5 años, han muerto por sarampión y desnutrición en Renk, con 15 decesos sólo en la primera semana de agosto.
De manera similar, en Chad, solo 17 clínicas móviles están operativas en 15 ubicaciones en los puntos fronterizos y los campamentos de refugiados. Más de 2,400 refugiados y retornados heridos han llegado hasta ahora, necesitando atención médica urgente, y en junio se registraron alrededor de 130 víctimas diarias.
ACNUR, en colaboración con socios del sector de la salud y autoridades gubernamentales, está trabajando incansablemente para ampliar la respuesta. Se ha desplegado más personal y voluntarios en campamentos, puestos fronterizos y centros de tránsito para brindar exámenes de desnutrición y otros servicios. Los equipos también están suministrando botiquines médicos, aumentando la vacunación infantil contra el sarampión y mejorando las instalaciones existentes mientras crean nuevas. Además, se está realizando un esfuerzo para reubicar rápidamente a las personas recién llegadas de los puntos de entrada fronterizos y centros de tránsito para evitar el hacinamiento y detener la propagación de enfermedades mortales. Sin embargo, se requiere más apoyo de los donantes para salvar vidas.
Desde el comienzo del conflicto, más de 4 millones de personas han sido desplazadas en Sudán y hacia naciones vecinas. Esto incluye a casi 700,000 personas refugiadas y solicitantes de asilo en países limítrofes, y a 195,000 sursudaneses que han sido forzados a regresar a Sudán del Sur. Más de 3.2 millones de personas están desplazadas internamente en Sudán, incluyendo a más de 187,000 refugiados que ya vivían en el país al inicio de la crisis.
Es imperativa una inyección de fondos para brindar asistencia médica y otras formas de ayuda vital. Hasta el momento, solo se ha recaudado el 29% de los $566 millones de dólares requeridos por ACNUR y otros colaboradores para el Plan Regional de Respuesta para Refugiados (RRRP, por sus siglas en inglés) destinado a proporcionar asistencia en los países fronterizos con Sudán. Además, la respuesta interagencial dentro de Sudán cuenta solamente con financiamiento para el 24%.
30 de agosto de 2023
Beatriz Cubillo
