Según ACNUR, en 2018 Turquía fue el país que acogió al mayor número de refugiados del mundo por tercer año consecutivo. Casi un millón de refugiados eran niños sirios en edad escolar cuyo derecho a recibir educación está garantizado tanto por el derecho internacional como por el turco.
Con respecto a este aumento en el número de refugiados acogidos que viven en áreas de la ciudad, ha habido un aumento de escuelas informales o centros de educación temporal (TEC), que están recibiendo ayuda financiera para cubrir los costos de funcionamiento y pagar a los maestros.
Sin embargo, el funcionamiento y el establecimiento de estas escuelas no estaban regulados en gran medida y operaban fuera del sistema nacional, lo que resultó en que solo el 14% de los niños refugiados asistieran a clase.
Según el documento Refugee Education 2030 de ACNUR, en 2014, el Ministerio de Educación Nacional de Turquía emitió una circular que estableció un marco regulatorio dentro del cual estas escuelas podrían operar y las colocó bajo la coordinación del Ministerio, lo que condujo a una mayor estandarización de la educación, la gestión de datos y la regulación de las organizaciones que deseen apoyar a estas escuelas.
Desde que la crisis siria entró en su quinto año, el gobierno de Turquía anunció que tenía un plan para garantizar que, con el tiempo, todos los niños refugiados se integraran en su sistema educativo nacional. Al final del año escolar 2017/2018, el 63% de todos los niños sirios inscritos en programas educativos asistían a escuelas públicas turcas y se espera que este número aumente para incluir a todos los niños sirios.
Este exitoso programa y la integración de los niños sirios en el sistema escolar de Turquía, muestra el ejemplo perfecto de cómo estos principios de responsabilidad y colaboración entre los gobiernos de acogida pueden garantizar una inclusión exitosa de los refugiados a nivel internacional.
Clara Santamaría González
8 de octubre de 2021