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Tragedias en el mediterráneo

El 3 de octubre de 2013, una embarcación que llevaba a más de 500 migrantes desde Libia hasta Italia se hundió cerca de las costas de la isla italiana de Lampedusa. Una década después, atravesar el Mediterráneo sigue siendo uno de los trayectos migratorios más letales para aquellos que buscan seguridad en el extranjero. El 14 de junio de 2023, un barco pesquero con 750 personas a bordo se sumergió, provocando la pérdida de casi 600 vidas. Desde 2014, alrededor de 28,000 individuos han perdido la vida o desaparecido mientras intentaban cruzar el Mediterráneo; tan solo en 2023, se contabilizan más de 2,500 víctimas.

Atravesar el Mediterráneo, a menudo en barcos extremadamente abarrotados, representa una ruta especialmente arriesgada para aquellos que buscan refugio en el sur de Europa debido a la extensión del viaje, la capacidad de búsqueda y rescate limitada, las restricciones a la labor de las organizaciones no gubernamentales (ONG) humanitarias y las peligrosas prácticas de contrabando. Más allá de las tragedias documentadas, es probable que numerosos naufragios en el Mediterráneo pasen desapercibidos, ya que las embarcaciones desaparecen sin sobrevivientes ni registros de su travesía. Además de los peligros en alta mar, el trayecto que muchas personas emprenden para llegar a los puntos de partida en Túnez y Libia también conlleva riesgos, dado que atraviesan países afectados por conflictos e inseguridad.

Dada la peligrosidad de atravesar el Mediterráneo, surge la pregunta de por qué alguien se aventuraría en este viaje. Según datos de la ONU, entre enero y septiembre de 2023, 186,000 personas llegaron al sur de Europa tras optar por esta ruta. La mayoría procedía de Túnez y Libia, y la gran parte desembarcó en Italia, mientras que el resto lo hizo en Grecia, Chipre, España y Malta. Los países de origen más frecuentes entre quienes emprendieron este viaje incluyen Siria, Costa de Marfil, Guinea, Egipto, Afganistán, Palestina, Somalia e Irak. Son individuos que abandonan sus hogares debido a conflictos étnicos y civiles, inestabilidad política, persecución y extrema pobreza. No es una elección sencilla dejar el lugar de origen, pero quedarse en su situación actual conlleva tantos riesgos que emprender un viaje peligroso, con la esperanza de encontrar seguridad en otro lugar, a veces se presenta como la mejor opción. Como expresó el poeta somalí-británico Warsan Shire: «Nadie abandona su hogar a menos que su hogar sea la boca de un tiburón»; «nadie sube a su hijo a un barco a menos que el agua sea más segura que la tierra».

La migración forzada persistirá mientras las causas iniciales no sean abordadas. Mientras los conflictos, la violencia, la pobreza extrema, el terrorismo y las calamidades vinculadas al clima perduren, la gente seguirá escapando a través de las fronteras en busca de resguardo. Mientras que no se establezcan rutas seguras y «legales» hacia Europa, las personas continuarán exponiendo sus vidas en el mar con la esperanza de reconstruir su existencia en el extranjero.

Tragedias como las de octubre de 2013 y junio de 2023 son prevenibles, aunque lamentablemente se han vuelto habituales. En el décimo aniversario del naufragio de 2013, la ONU ha instado a implementar operaciones coordinadas de búsqueda y rescate, poner fin a la criminalización o bloqueo de quienes brindan asistencia humanitaria, e intensificar los esfuerzos contra la trata y la explotación. Tanto el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular de 2018 como el Pacto Mundial sobre los Refugiados se propusieron coordinar estas iniciativas, al igual que el Foro Internacional de Revisión de la Migración de mayo de 2022; no obstante, los llamados a la acción y los compromisos deben traducirse en acciones concretas. Es esencial comprender las causas subyacentes de la migración forzada y los desafíos que enfrentan los migrantes, basándose en las opiniones y experiencias de quienes los han vivido: los Estados, los agentes humanitarios y la sociedad civil. Esto permitirá desarrollar medidas integrales y eficaces para proteger los derechos de las personas desplazadas. Para lograrlo, es necesario que la comunidad internacional se comprometa a establecer y aplicar marcos específicos para la gobernanza de la migración, la protección de los migrantes y la distribución equitativa de responsabilidades.

13 de noviembre de 2023

[traducido del inglés]

Referencias

https://www.unhcr.org/uk/news/press-releases/decade-after-lampedusa-shipwreck-continuing-tragedies-need-end

https://press.un.org/en/2023/sc15427.doc.htm#:~:text=In%20total%2C%20186%2C000%20people%20arrived,the%20same%20period%20in%202022

https://missingmigrants.iom.int/region/mediterranean

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